A la hora de segar el Prau, tradicionalmente se espera a que todos los vecios hayan terminado de segar sus propias tierras antes de comenzar con la siega del Prau.
Nosotros, fascinados por la variedad de especies, olores y colores, nos adelantamos a los vecinos, e hicimos nuestra pequeña minisiega.
Emapacamos nuestra siega en pequeños silos, y dejamos que desarrollaran su caracteristico olor a silo.
Con la intención de transformar este aroma ¨cautivador¨en algo comestible, a lo largo de tres semanas desarrollamos un perfil organoléptico de los silos que lentamente empezaban a poblar el valle.
Así llegamos a nuestra receta para la ¨salsa de silo¨ que acompañaría a nuestro plato de lengua de vaca Tudanca:
Pipas de calabaza
Tomates secos
Aceituas negras
Regaliz
Zarzaparrilla
Los minisilos fueron etiquetados, expuestos y distribuidos por el valle y la Península.