VUELTA PRIMERA ESTANCIA | EL EJIDO

Fue una estancia corta, unos cinco días, para encontrar y entrar en contacto con el territorio y los que lo trabajan. También vino como un momento para enfrentarse, de manera mas directa, con el sistema de producción agrícola de esta zona. Ya conocía el paisaje de otras estancias en el pasado, pero había que adentrarse en el, entrar debajo del invernadero, y entender mejor la agricultura intensiva del Poniente Almeriense. Este primer encuentro se ha hecho en el ámbito post crisis de la llamada “crisis del pepino”, una vez desmentido la culpa de la agricultura de la zona. A pesar de llegar después, los daños colaterales estaban claramente visible. Una primera estancia, también, para enfrentarse con las dificultades de un trabajo artístico en este “espacio estriado” tan complejo.

INVERNADERO EN DESCANSO | Efecto directo de la llamada “crisis del pepino”. Un invernadero vaciado de su contenido. El suelo esta cubierto por un plástico para esterilizar la tierra.

MONTÓN DE SANDIAS Y PEPINOS “HOLANDÉS” | Otro efecto colateral. Muchas veces más vale tirar las verduras que venderlas a precio irrisorio. Producir por producir. En un mercado globalizado como el del Poniente Almeriense, dónde la mayoría de la producción va a la exportación, solo se puede especular sobre la demanda del mercado. Un elemento perturbador, como la declaración alarmante de un estado, justificado por inquietudes sanitarias después de muertes de ciudadanos, y todo se derrite. Es interesante ver como los medios de comunicaciones, sin quererlo, a lo mejor, engordan las inquietudes y las convierten en un miedo primario : el miedo de la pandemia. Claro, mas vale prevenir que curar, pero no deja de abrir cuestiones acerca a este sistema global, no solo propio de la agricultura del Poniente sino de nuestra economía en general. Además de esta “crisis”, es relevante saber que la producción agrícola del Poniente, gracias a un invierno bueno, tenía adelanto y se yuxtaponía con la producción de otros países, cosa que no ha ayudado a limitar los efectos colaterales. Es evidente que los rasgos de esta “crisis de los pepinos” se han resentido en toda la ultima campaña del año sin diferenciar el genero.

SALA DE SUBASTA | Ahí es dónde se compran verduras por parcelas. Un precio de base aparece en la pantalla y empieza a decrecer con una velocidad impresionante. Se para cuanto un comprador, sentado en una de estas sillas, empuja el botón verde. Asistir a una de estas subastas en una de las numerosas “alhóndigas” (lonjas) de la zona, es impactante para quién tiene una idea de la agricultura de otra época -o de otro modo, tal como lo ecológico y lo de productores locales que no entran en un sistema de exportación global- desmitifica y da una imagen clara de las verduras como objetos cualquiera que se venden y se compran.

Ahora tiene que venir el tiempo de la reflexión.